¿Cómo seguir ahora?
Mi razón es grande y no podré dar por olvidado lo que ha sucedido, lo que podría suceder. Mi conciencia no dejará que nunca más haga cosa sin culpa. Y no me estorba la “muy puritana”, sé caminar con ella, aprenderé a hundirme con ella.
La culpa no será extraña en mis días nunca más.