Infame la gracia de los hombres.
Esa gracia pedestre… esos gustos insulsos… esa vida mediocre…
Tiempo ha pasado desde que regresé a estas tierras y parece que acabo de llegar; apenas veo a la gente que siempre estuvo, apenas dejo gente que ya no estaba. Apenas comencé a estar.
Y el estar ya no puede ser aquí. Los gustos se pierden, las gracias se distorsionan y la vida se entume. He de marcharme. Pronto.
Nada de vanas promesas, de falsas palabras de grotescas mentiras.
Ya es tiempo. Sino la muerte será pronto conmigo.
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