Ríes Señor, ríes de los mortales, ríes de mi, de nosotros que somos pequeños, que nada tenemos, y nos sentencias al polvo y al polvo volveremos, y seremos nada...
Por eso un buen cigarro, por eso mi Dios, por eso una buena rabieta y un poco de mezcal, para sentirme poco más de lo que soy, para sentirme mucho más de lo que no soy, por eso mi Dios, para que al pedirte se me olvide que nada me darás, para sentir y escapar del sentirte, para ahorgarme en tu inmensidad y no sentirte en mi pequeñez... para eso y ser nada...
Para eso y volver a la nada señor, al polvo eterno del olvido, para fundirme contigo en la tremenda e insoportable inmensidad de tu ser, porque al sentir, porque al sentirte mi Dios, olvidome que no puedo pedirte, que no puedo tenerte más que en el sentir, pues nada puedo pensarte, pues nada puedo hacerte, pues con el sentirte todo se vuelve nada, me vuelvo contigo y desaparezco... y soy nada...
Mi Dios, embriagarme quiero de ti, para que ni mezcal ni cigarro, ni sentir ni razón, para que todo seas tu y nada sea yo, para borrar mi recuerdo de mi memoria, para borrar mi idea de las ideas... en eso y en nada me vuelvo...
Señor de todos los señores, este que te escribe, humillado te grita que no le dejes por más que debas dejarlo, por más que lo merezca, por más que no puedas no dejarlo, por más que nada sea, ya que nada es y nada eres... por más que no le escuches, que no puedas escucharlo, que no debas, que no quieras, por más que tu esencia sea una quimera, su quimera convertida en ti... su nada vuelta él...