lunes, 29 de septiembre de 2008

Cambio, dolor...

Dolor, dolor, praxis, dolor

cambio y dolor, madre de vida,

dolor...

 

Mañana y hoy

será dolor, madre de

vida, dolor, cambio,

praxis, dolor

 

Todo cambia, todo

duele, el dolor de la madre

madre de vida

 

Primera y última

vista, dolor, dolor movimiento

dolor praxis, dolor todo

principio de todo dolor

dolor de todo principio.

 

22 marzo 2004

 

[serenidad]

martes, 23 de septiembre de 2008

... Cosa De Una Tarde...

Mis noches largas han sido.

Mis  temores crecen altaneros.

Lánguidas mis horas se han ido.

Mis labios callan sinceros. [aterrados]

 

Una estúpida tarde sin talento, pensando que podría hacer unas décimas y rogando a todos los santos, Dioses!, hasta a las Animas Benditas del Purgatorio por un poco de talento. Le rogué a Pita y a Sor Juana, a Calderón y a Lope de Vega pero ninguno me dio solución. Simplemente el talento se me niega.

Vamos! Ni Callas me ayuda. Y si necesito ayuda. Mi último escrito fue malo, mediocre. Una tontería de esas que te salen de dentro pero sin la más mínima estética.

Tarde lluviosa y ni un sólo lamento me puede salir.

Podría dejar el barroco, entregarme a algo más vano y pedirle a Bukowsky o a Sabines algo de "cotidianidad" pero aún ellos se me resisten ¡¡Hasta para mentar madres se necesita talento!!

Quisiera hacer un cuento, pero hace años descubrí que no soy buen cuentista. Pero quisiera hacerlo. No sé. Un ensayo quizá. Pero hace algunas horas pensé que podría hacer otra cosa. Y no sé qué hacer. Malditas décimas. Mi vocabulario no es muy extenso, no leo lo suficiente y veo TV más que suficiente. Todo eso no me deja escribirlas. Claro ¡¡y mi falta de talento!!

Maldita tarde sin talento.

Maldita tarde.

Quisiera un cuento. Marissa me prometió uno. Quiero un cuento.

domingo, 21 de septiembre de 2008

...

 

Os maldigo como sólo uno que sufre puede maldecir. Os maldigo a todos ustedes creadores de ilusiones como sólo uno que creyó sabe hacerlo.

 

Ustedes pérfidos sofistas me han perdido desde siempre por interminables caminos del conocimiento, por incontables mentiras repetidas mil veces, por verdades ignoradas y razones inexistentes. Me perdieron en la oscuridad del conocimiento.

 

Y no encuentro respuestas a mis interminables preguntas, no hay respuestas y no busco nuevas preguntas. Me hundí ante el peso de mi propia vanidad.

 

Me enseñaron mal. De ser un príncipe terminé en un oligarca del  conocimiento, un libertino queriendo conocer todo, queriendo guardarlo todo dentro. Mío. Siempre.

 

Sí, sí. Mi vanidad me hundió en el abismo eterno de la duda pero sus mentiras fueron las que me arrojaron. Malditos pues en maldito me han dejado. Malditos por mi boca que tanto les conoce. Mil veces malditos por mi cabeza que ya profetizó su muerte.

 

Y sí.

Malditos sean.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sirviéndome Dios de hoguera... IV

Y me dejas, y te vas... Y no me tienes, Señor, no me tienes. Pero tampoco me dejas, implacable en mi cabeza te encuentras, desmesurado en mi corazón te hayas.

Paz le pido a mi boca después de tantas blasfemias, ¿la podré conocer algún día? he nacido condenado a ti, he tenídote siempre, en mi cabeza, en mis entrañas.

Pido paz en mi cárcel, pido paz en el cigarro, en la perdida, en mi entrega quiero paz. En mi blasfemia, en mi lujuria de ti Señor, pido paz. Le pido a los santos, a las vírgenes y a los puritanos que me den paz. Que no muerte. Nada les pido sino algo que no tengo.

Señor duérmeme en tu brazos y déjame soñar en que estoy contigo. En que la tranquilidad me penetra, en que en el Elíseo me encuentro, en que por fin descanso.

Me canso ahora, estoy cansado ya, de tanto pensarte, meditarte, imaginarte. Estoy cansado de desearte, mis ojos mueren de querer verte, mis oídos enmudecen de tratar de escucharte, mi razón se pierde al intentar encontrarte.

Dios bendice al mezcal y al cigarro que no me dejan, bendícelos ¡¡oh Dios mío!!, que ellos me ayudan a encontrarte, que por ellos pensé, que en ellos me perdí. Son los creadores de mis lamentos.

Mi alma desahuciada pide tu perdón. Perdón Señor por imaginarte, por pedir perdón, por siquiera hablarte, inferirte, quererte. Como mortal te ofendo y como inmortal te imploro. No me dejes ahora señor, ahora que se, que mío no eres, que de nadie eres, que nada eres.

No me dejes. Levantarme mañana en tu reino eterno no podré. No me dejes cuando más necesito que te quedes. Negándote pido redención. Hablándote me condeno. Sabiéndote me elevo. Sintiéndote me muero.

Mañana en tus brazos dormiré. Y ni una sola mentada por mi suerte, ni un trago por buscarte, ni un cigarro por pensarte. Mañana seré contigo. Mañana en la nada de la muerte viviré.