Mis noches largas han sido.
Mis temores crecen altaneros.
Lánguidas mis horas se han ido.
Mis labios callan sinceros. [aterrados]
Una estúpida tarde sin talento, pensando que podría hacer unas décimas y rogando a todos los santos, Dioses!, hasta a las Animas Benditas del Purgatorio por un poco de talento. Le rogué a Pita y a Sor Juana, a Calderón y a Lope de Vega pero ninguno me dio solución. Simplemente el talento se me niega.
Vamos! Ni Callas me ayuda. Y si necesito ayuda. Mi último escrito fue malo, mediocre. Una tontería de esas que te salen de dentro pero sin la más mínima estética.
Tarde lluviosa y ni un sólo lamento me puede salir.
Podría dejar el barroco, entregarme a algo más vano y pedirle a Bukowsky o a Sabines algo de "cotidianidad" pero aún ellos se me resisten ¡¡Hasta para mentar madres se necesita talento!!
Quisiera hacer un cuento, pero hace años descubrí que no soy buen cuentista. Pero quisiera hacerlo. No sé. Un ensayo quizá. Pero hace algunas horas pensé que podría hacer otra cosa. Y no sé qué hacer. Malditas décimas. Mi vocabulario no es muy extenso, no leo lo suficiente y veo TV más que suficiente. Todo eso no me deja escribirlas. Claro ¡¡y mi falta de talento!!
Maldita tarde sin talento.
Maldita tarde.
Quisiera un cuento. Marissa me prometió uno. Quiero un cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario