lunes, 16 de marzo de 2009

¡Necio!

Es de necios.

Las palabras fluyen cual veneno por mi boca.

No espero más que hundirte en tu propia irracionalidad, de golpearte hasta que mueras, de arrastrarte por las veredas de las pasiones desatadas que te gobiernan.

Destazarte para que te veas por dentro, para que huelas tus olores más fétidos, para que encuentres tus odios más concretos, quiero alejarte de tu razón empequeñecida y arrojarte a los dragones negros de tus emociones.

Mis palabras te hacen doblarte de dolor, doblarte en el sinsabor de tus razones, de tus mínimas razones; te harás nada escuchando, te asesinarás queriendo no escuchar; lo que eres, lo insoportable que eres, lo pequeño que eres.

Te hablo y me escucho.

No haces más que negarme, no puedes más que negarme para no conocer más de lo que ya conoces, prefieres arrancarte los ojos, pincharte la garganta con clavos, torturarte hasta la necedad antes que escuchar.

Es de necios querer conocer cuando ya no se puede. Es de necios seguir cuando desde dentro la muerte te está poseyendo. Es de necios no morir cuando ya no puedes vivir. ¡¡Es de necios!!

Es una idea.

Una ilusión.

No, no es más que veneno inyectado por palabras. No es más que un sofisma dicho a destiempo. No es más que la conciencia molestando antes de dormir.

¡Es de necios no escuchar!

1 comentario:

vanto y vanchi dijo...

Pasando, viendo, saludando.

Beso chiapaneco (pero chilango)