Miedo es lo que me invade ahora. Mi garganta se inflama, se llena de malos presagios y oraciones desencontradas. La muerte ha tocado a mi puerta, le he abierto. He jugado con ella desde mi infancia, ahora ella juega conmigo.
La Innegable pasea conmigo mis últimos años, mi cuerpo entero le hace reverencia y fiesta…
Así mis ojos más negros ahora reflejan la profundidad de mi futuro, la negrura de la vida que no existe, del tiempo sin tiempo. Mis cabellos airosos se niegan a caer bajo tierra sin antes orgullosos soltarse al viento. Mis manos rasgan la tierra y siembran y siembran para sembrar vida antes de sembrarse muerte.
Mis pies ligeros pisan la fría hierva para que extraña no se enfade de nuestra futura convivencia.
Entiérrome solo…
Déjome solo…
Muérome solo.
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