jueves, 29 de julio de 2010

Mañana.

¡Oh gloriosa mañana! ¡Que pintas de vivos colores todo la obra del Creador!

¡Oh maravillosa mañana! ¡Que dejas atrás de ti los turbios pensamientos nocturnos, que dejas al descubierto la hermosura de los tiempos!

¡Oh maravillosa mañana! ¡Que con tu paso eterno y constante has alumbrado los mejores tiempos de los hombres y con tus brazos abiertos hasta el cielo has acogido las peores desgracias de los mismos!

¡Oh maravillosa mañana! ¡ Que será de ti cuando yo muera! ¿Habrás de nacer de nuevo? O ¿Morirás conmigo en esa noche que no muere?

¡Oh maravillosa mañana! Que has visto morir la creación a través del tiempo, ¿podrás soportar la muerte de este último mortal?

miércoles, 14 de julio de 2010

Miserias.

¿Qué miserias son estas?

La ingrata necesidad de pertenecerte. Ese “extraño” se enseñorea en todo mi ser, esa necesidad se aferra y entremezcla en mi cuerpo, no deja parte libre, me encierra, aprisiona mis pensamientos, domina mis imaginaciones, gobierna mi alma. Soy su esclavo.

Pero todo es culpa mía ¿De quién más? Habrá de buscar a los culpables, que de antemano sé, están dentro de mí. Mis debilidades, las de todos, las que todos tienen, ¡Ah! Maldita la hora en que creí que esto sería posible. Todo es culpa mía. De mi maldita humanidad.

Miserias humanas.

No es el “extraño” el que me gobierna, no se enseñorea ni domina, ni se aferra ni entremezcla, nada tiene que ver él… son estás ideas, son las necesidades, las carencias… son mis brazos vacíos, mis labios solos, mi manos sueltas… Soy yo y esta humanidad todo poderosa.

miércoles, 7 de julio de 2010

La noche lo permite.

Dedos cansados que no saben que escribir, ideas remotas que se niegan a venir.

La noche lo permite, la añoranza está en los cielos, la tristeza en la tierra y la amargura en la lluvia. Sobra que no estés, sobra tu ausencia, me sobran las lagrimas que caen de mis ojos. Esta noche es el exceso de las sobras. De todas las sobras.

La noche lo permite. En tanta soledad, en tanta necesidad de no estar solo, con tanta humanidad infausta es que mis carencias más terribles se vuelven los titanes de mi desgracia.

Y volteo a los cielos esperando ver en sus nubes oscuras un reflejo, un suspiro de imagen que me muestre esa vida, esos tiempos que nunca fueron, que no son y nunca serán. Desgraciado me lleno el rostro con esa tristeza convertida en agua. El cielo se desangra en mi tristeza.

Líneas amargas, tristes, insanas… pero ciertas y contundentes. Nada hay en mi horizonte que no sea esa amargura en la lluvia, no hay nada bajo mis ojos que no sea esa tristeza en la tierra y no hay nada arriba de mi cabeza que no sea añoranza en mi cielo.

jueves, 1 de julio de 2010

Hagamos algo.

No lo esperaba, por más que lo había dicho infinidad de veces, debo confesar que no lo esperaba. Siempre creí llegaría el momento. No ahora.

Pero ya era tiempo que las cosas pasaran, que cada uno a su tiempo y en su espacio avanzase hacia lo que sea vaya a ser el tiempo que les quede. Una gracia o una desgracia pero con con el aire de independencia, cruenta independencia que da la soledad.

Hombres en pedazos, independientes, libres… Muertos de miedo.

Los tiempos se cierran, las horas pasan y no nos esperan, los cuerpos continúan su inexorable descomposición, el cáncer se extiende, la muerte no huye. Es tiempo de hacer, de ser.

Que todos los demonios no nos dejen tan fácil, que todas nuestras debilidades sean abatidas, derrotadas; seremos hombres por fin, al final seremos hombres.

Así nos enfrentaremos a los destinos, con la desgracia en nuestros ojos, sin fuerza mayor en nuestras manos, ruinas de hombres pero con firme necesidad de vivir, porque ya es tiempo, porque no hay otra cosa que hacer…

Sin nada que perder, porque no hay nada que ganar ahora, habrá que luchar por tener futuro, porque alguien tenga futuro, quizá no tu, quizá no yo, pero alguien lo tendrá sobre nosotros. Es tiempo.

Derrumbados tendremos que construir, muertos habremos de vivir… Ya es tiempo… Hagamos algo.

Ya es tiempo. No muramos dejando esto así.