No lo esperaba, por más que lo había dicho infinidad de veces, debo confesar que no lo esperaba. Siempre creí llegaría el momento. No ahora.
Pero ya era tiempo que las cosas pasaran, que cada uno a su tiempo y en su espacio avanzase hacia lo que sea vaya a ser el tiempo que les quede. Una gracia o una desgracia pero con con el aire de independencia, cruenta independencia que da la soledad.
Hombres en pedazos, independientes, libres… Muertos de miedo.
Los tiempos se cierran, las horas pasan y no nos esperan, los cuerpos continúan su inexorable descomposición, el cáncer se extiende, la muerte no huye. Es tiempo de hacer, de ser.
Que todos los demonios no nos dejen tan fácil, que todas nuestras debilidades sean abatidas, derrotadas; seremos hombres por fin, al final seremos hombres.
Así nos enfrentaremos a los destinos, con la desgracia en nuestros ojos, sin fuerza mayor en nuestras manos, ruinas de hombres pero con firme necesidad de vivir, porque ya es tiempo, porque no hay otra cosa que hacer…
Sin nada que perder, porque no hay nada que ganar ahora, habrá que luchar por tener futuro, porque alguien tenga futuro, quizá no tu, quizá no yo, pero alguien lo tendrá sobre nosotros. Es tiempo.
Derrumbados tendremos que construir, muertos habremos de vivir… Ya es tiempo… Hagamos algo.
Ya es tiempo. No muramos dejando esto así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario