miércoles, 18 de agosto de 2010

Día.

 

Quiero comenzar de nuevo cada día.

Quiero tener la suficiente fuerza para despertar del letargo de este “hundimiento profundo” del cual soy presa. Cada mañana quiero comenzar de nuevo. Simplemente salir, ver la creación, la obra del hombre, indignarme, enojarme, algo. Nada.

Y no puedo, los ojos se cierran ayudados con el peso del desinterés. Quiero y no quiero. Cada mañana quiero iniciar mi vida, comenzar de cero, ser alguien nuevo… Cada mañana recuerdo que no hay nada que iniciar, que nada nuevo hay bajo el sol. Y me encierro, y despierto ya sin voluntad, con la firme esperanza de que ligero se termine el día. Dormir de nuevo.

Lo escribo, lo revivo. Y mañana será lo mismo, y pasado.

Y ayer pensando, riendo ante cosas sencillas terminé llorando, y ayer la muerte no pareció malvada, y el final no se vio triste.

Pero ayer, regresé al mundo, y pensé en que algo podría cambiar, con tiempo. Un día más, sólo un día más. Sólo por ella.

No hay comentarios: