domingo, 5 de julio de 2009

… en la madrugada de mis días…

 

I

Viejas ideas rondan mi cabeza, como demonios que me persiguen y me torturan, que me niegan el sueño y las ilusiones. Grotescas ideas de las que creí haberme desecho hace mucho.

Pedestres pensamientos que nada hacen sino hundirme, me hundo y no es bajo el peso de mi propia grandeza sino bajo el insoportable y lastimoso peso de mi mediocridad.

Ingenuo me presento ante los embates de la ignominia, decir que nada de ella tengo es negar la realidad, la vergüenza me consume, los sinsabores de la verdad son paliativos en la hora deshonrosa.

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