Quizá sea bueno empezar de nuevo.
No una nueva oportunidad sino la posibilidad de seguir. ¿Ser positivo? Necedades humanas, sólo quiero despertar y seguir, sin dramas, que no tragedias, sin mediocres sentimientos, sin pedestres personas… Hasta en el dolor hay que ser magnánimos.
¡Mediocridades! Eso parece todo de pronto… Seguir. Alejado del mundo, tan cerca a veces, tan harto y tan hastiado, pero de pronto tan hambriento. De pronto río pensando en mis pensamientos, me escucho, me leo y sonrío y me digo para mi “algún día, en otros tiempos leerás esto y no significará nada” … Lo vomitivo de la existencia humana, lo que es importante un día al otro parece la mayor tontería…
Pensando en eso me siento ligero, pero vuelvo, de pronto, como siempre, a la pesadez de las grandes ideas. Y Dios y la Humanidad me parecen absurdos y mi Dios me condena y la Humanidad me castiga. Y siento el castigo eterno en mi sangre y Dios se vuelve un ser perverso que nada tiene que ver con mi Dios de niño. Eternizado yo, mi peso me desborda, me aplasta.
¿Posibilidad de seguir? Suficiente es para mi ahora. Que mi Dios me ayude. Y que lo eterno me deje en paz por unos años. Unos amaneceres más y por Dios, lo prometo, seré uno con lo eterno. Pero ahora mismo, el seguir ligero me llama. Ligero seguiré los pasos de los hombres sabios. Mi tragedia será la tragedia de los hombres, el insoportable destino me cogerá sólo al final. No antes.
Ligero, por hoy y mañana, me escaparé de lo Eterno, del Destino y de Dios.
Pero lo sé, pronto, en la última de mis noches, los cuatro nos reuniremos como en un principio y seremos juntos uno, y en ese ahora y siempre lo pesado por fin será ligero. Y descansaré la cabeza y seré Yo.
Como antes de ser Yo.
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